Nuestro propósito principal es crear un espacio de discusión sobre el rol y la función que la comunicación social tiene en los proyectos de desarrollo y promoción. Los invitamos pues a leer y comentar los breves artículos que hemos escrito a propósito de lo que llamamos el "COMPONENTE COMUNICACIONAL". Gina Gogin Sias
UNIDAD DEL POSTGRADO DE LETRAS. UNMSM
CURSOS DE ESPECIALIZACIÓN EN COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO
MG. GINA GOGIN SIAS
Presentación
El país sigue pidiendo a gritos comunicadores para el desarrollo capacitados en COMUNICAR y en facilitar la COMUNICACIÓN. Pero esa necesidad ya se volvió también una letanía más como muchas otras que nos pesan en las espaldas. “Hace falta la comunicación”, “El problema es no saber comunicarnos”, “No se supo comunicar adecuadamente”; son frases que se escuchan cuando se bloquea una carretera, se inicia una huelga, o se toma un asiento minero. Pero por lo general los comunicadores para el desarrollo, tampoco los sociales, no son los convocados, no se sabe qué es un comunicador para el desarrollo.Lo que realmente ocurre es que ni la orientación de la mayoría de proyectos que he podido revisar (y sus componentes comunicacionales), ni la de las especialidades, se han adecuado al país, no digo a Lima, y a las demandas nacionales. Por ejemplo, parecería inimaginable pensar en la necesidad de iniciar actividades para procesos de formación sistemática del profesional requerido y no existente en el mercado: el Comunicador para el Desarrollo rural; es decir para proyectos de tipo productivo y de orientación económica.
No ha habido la sistematización necesaria de las experiencias de trabajo comunicacional en el país que puedan promover o fundamentar propuestas nuevas y realistas. Son las experiencias de los llamados proyectos “productivos”(desde el campo comunicacional) con campesinos, agricultores y profesionales de las ciencias vinculadas al desarrollo rural o medioambiental volcadas a procesos de capacitación (pedagogía masiva audiovisual, radial, cara-a-cara), de información y de comunicación para la organización participativa, las que a nuestro entender han permitiendo construir y diseñar, estrategias, sistemas e instrumentos que posibilitan aplicar ahora el paradigma de la comunicación para el desarrollo. Es el modelo Interlocutor- Interlocutor. Este modelo cuestiona la eficiencia pedagógica del modelo tradicional, que por vertical, impone códigos y contenidos; dicho de otro modo, el modelo de proyecto construido desde el gabinete, desde la oficina, que veladamente sigue utilizando el paradigma de Lazwell (E-M-R). La metodología que exige ese tipo de profesiones, es decir la participación y el trabajo en conjunto con los “beneficiarios” es la que nos ha posibilitado a los comunicadores aprender a dialogar con la comunidad y con la naturaleza. Este diálogo también permitió otro tipo de procesos.
La construcción conjunta de mensajes como producto del diálogo entre interlocutores se aproxima al origen etimológico de la palabra comunicación ("comunis facere" = hacer juntos), permite consultar con el destinatario códigos icónicos y verbales, contenidos y nivel, y momento de recepción de los mensajes. Todo ello, carga pues de sentido al discurso de los protagonistas de los procesos comunicativos. Pero para ello, es necesario aquello que desde el escritorio se llama –trabajo de campo-, o simplemente –campo-. Labor para la que no estamos entrenados los comunicadores sociales y tampoco los comunicadores para el desarrollo. Pues no se trata de un trabajo de recolección de datos o información para una investigación, diagnóstico, etc., sino de un proceso de establecimiento de relaciones comunicativas que permitan la convivencia armoniosa que haga posible un desarrollo sustentable.
El desarrollo tiene que ver, ante todo, con los seres humanos. No existe desarrollo solamente con el avance de la ciencia y de las tecnologías derivadas de dicho avance. Es más, se ha constatado reiteradas veces y, desafortunadamente, se sigue constatando, que si no se mejoran las condiciones de vida de grandes masas de la población, respetando al hacerlo las fuentes de energía disponibles y sin agredir a los ecosistemas, si no se incorpora dicha población a los sistemas de educación, salud, bienestar e, inclusive, al mercado, todo proceso denominado de desarrollo no será más que un crecimiento a corto plazo para segmentos muy reducidos de la sociedad cada vez más alejados de grupos crecientes que bordean, o se hunden, en la pobreza.
El principal elemento se encuentra en la necesidad de la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones que los afectan, para lo que es necesario incrementar y mejorar, mediante procesos de democratización, las organizaciones que los representan. Se trata de avanzar en la democracia participativa para atenuar algunas de las limitaciones de la democracia representativa.
La presente propuesta pone el acento en formar recursos humanos con competencias definidas para desarrollar actividades de gestión, diseño, producción y evaluación de mensajes y sistemas de comunicación; así como en procesos de comunicación; por ejemplo en la comunicación interpersonal, ésa que implica la convivencia, el trabajo de campo, la facilitación de proyectos, etc.
Por tanto el pilar principal está puesto en lo que constituye el eje de la Comunicación para el Desarrollo….”una forma particular de hacer comunicación. Esta particularidad se debe a que este tipo de comunicación busca, propicia, que los individuos y las comunidades se apropien tanto de los mensajes como de los medios (en términos de contenido y proceso). Por tanto, se trata de un proceso de comunicación que otorga poder (empodera) a la comunidad, que busca dar voz a los no escuchados, que es de “muchos a muchos”; y que pone el énfasis en contenidos y temáticas locales.”
El uso eficiente de sistemas de comunicación es indispensable para cualquier acción que se pretenda encarar en torno a estos problemas.
Un indicador irrefutable de la necesidad de procesos de comunicación lo encontramos en el fracaso de incontables proyectos de desarrollo (rurales y urbanos, estatales y privados) por falta de participación de los beneficiarios. Por grande que sea la inversión o el aporte de tecnología, insumos o crédito, no mejorarán de forma duradera los niveles de vida de la población a menos que esta cambie sus actitudes o pautas de comportamiento.
Son las personas las que efectúan el desarrollo, y no puede haber un cambio positivo sin su participación consciente (en términos reales y no retóricos), sin la movilización de sus capacidades y energías y sin aumentar sus conocimientos y destrezas. Por encima de todo proyecto, de todo trabajo en desarrollo, está la dimensión humana. No debemos olvidar nunca que estamos trabajando con personas humanas que lloran, ríen, comen, se enamoran, toman y bailan como nosotros, que solo las vemos a la hora del “trabajo de campo”. La comunicación es fundamental en el desarrollo porque se ocupa precisamente de estas dimensiones humanas. Es la persona humana la que hace la diferencia,