BIENVENIDOS A LA DISCUSION DE LA COMUNICACION PARA EL DESARROLLO EN EL CIBERESPACIO. GINA GOGIN SIAS COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO: HISTORIA Hasta el fin de la segunda guerra mundial se hablaba del avance de los países pero enfocándose en la economía y la civilización de su estado y solo un puñado de países contaban con la denominación del progreso. Recién después de hecho que marcaron y cambiaron la visión del mundo se cambia la noción de la palabra “desarrollo”, ya no solo se enfoca al aspecto económico de un determinado país sino de cómo va mejorando la vida de sus habitantes con apoyo sustantivo de la economía y de la tecnología a fin de lograr un adelanto sostenido para todos. La comunicación para el desarrollo abre nuevas nociones a los gobiernos para el mejoramiento de la vida de sus habitantes con proyectos de mejoramiento y ampliación de la infraestructura de caminos, viviendas, electricidad, agua potable y alcantarillado, estableciendo con dichos gobiernos programas cooperativos de agricultura, salud y educación logrando con estas distintas actividades cambios de conducta de los jefes de gobierno y los pobladores beneficiados. La práctica antecedió a la teoría ya que después de 1950, casi 10 años después, se le conoce formalmente como comunicación para el desarrollo. En Latinoamérica las bases de la comunicación para el desarrollo nacen por la iniciativa de tres precursoras que le dieron a las comunidades más olvidadas voz y trabajaron por el beneficio de las mismas, estas organizaciones fueron la Radio escuela de Colombia que surge por la idea del párroco Joaquín Salcedo con la finalidad de ayudar a los campesinos en su desarrollo rural mejorando así la agricultura, la salud y la educación; radios mineras de Bolivia esta institución trabajo con las comunidades indígenas que se dedicaban a la extracción de mineral esta organización le dio la oportunidad al pueblo de expresarse y hablar de su inquietudes y problemas; extensión agrícola, educación sanitaria y educación audiovisual que quiere mejorara la enseñanza en las aulas con técnicas audiovisuales, como grabación radiofónica, fotografías entre otros. En Colombia en la década de los 50 surgió la primer emisora en la zona rural y se abrió con el nombre de Radio Peña que llegaba a las poblaciones indígenas aimaras; ya para los 60 el número de emisoras de este tipo creció gracias en gran medida al apoyo de la iglesia católica. En nuestro país se inicio con la búsqueda de medios alternativos de comunicación por la iniciativa de un maestro llamado Miguel Azcurra que en Villa el Salvador promovió la creación de periódicos murales, boletines, anuncios con alto parlantes, hasta optaron por el cine, obviamente también se realizaron transmisiones de radio como lo hicieran Colombia y Bolivia y hasta contaron con un canal de televisión. Una de las instituciones que ayudo a que la comunicación para el desarrollo surja y crezca fue la UNESCO quien fue la primera entidad en realizo la Primera Conferencia Intergubernamental sobre políticas Nacionales de Comunicación en América Latina que a pesar de dura y tenaz oposición de los medios de comunicación masiva logro su cometido y se dio la Declaración de San José que se convirtió en un credo oficial de la comunicación alternativa para la construcción de la democracia. Con apoyo de la UNSCO, Schraman propuso un planteamiento que divulgó mundialmente que ayudo a que este periodista e investigador sea considerado como el sumo sacerdote de la comunicación para el desarrollo, en Latinoamérica tendería a prevalecer esta percepción: “la comunicación de apoyo al desarrollo es el uso de los medios de comunicación como factor instrumental para el logro de las metas de instituciones que ejecutan proyectos específicos en pos del desarrollo económico y social”, “la comunicación de desarrollo es la creación, gracias a la influencia de los medios de comunicación masiva, de una atmosfera publica favorable al cambio que se considera indispensable para lograr la modernización de la sociedades tradicionales mediante el adelanto tecnológico, el crecimiento económico y el progreso material”. La comunicación para el desarrollo sufrió mucho en sus inicios por los constantes ataques y menosprecios de los empresarios pero aun así fundamento tus bases y creció a la par como iba cambiando el mundo. Y el año 1970 fue trascendental en América Latina en cuanto a procurar el cambio de la situación, en múltiples sentidos, en favor del pueblo. Centenares de personas se empeñaron en incrementar y mejorar la práctica de nuevos formatos comunicativos. Y varios estudiosos de la comunicación, a la par con hacer proposiciones para el cambio del modelo de desarrollo, se esmeraron en renovar la teoría sobre ella. Pero la década de 1980 irrumpieron en la escena el ejercicio del poder el neoliberalismo y la globalización que llegarían a cambiar en poco tiempo las bases estructurales de la economía, de la política, de la cultura y de la comunicación en el mundo. Y una vez más las naciones gestoras de aquellos fenómenos prometieron a las demás la aurora del desarrollo universal, pero se desato la peor recesión desde la histórica “Gran Depresión” afectó a los países desarrollados y tuvo consecuencias devastadoras para los subdesarrollados. En el presente primer quinquenio del tercer siglo de la humanidad la fe en las virtudes de la comunicación para promover la construcción del desarrollo democrático se mantiene en pie en Latinoamérica, en cierto grado y en algún modo, tanto en la práctica operativa como en la teorización profesional. Sucede esto pese a que la gran mayoría de los gobiernos aun no la entiende a cabalidad ni la aprovecha plenamente y a que, lamentablemente, se la enseña apenas en un puñado del millar de facultades de comunicación con que cuenta hoy la región. En el mundo la “comunicación para el cambio social” entendiendo por tal en principio “un proceso de diálogo, privado y público, a través del cual los participantes deciden quiénes son, qué quieren y cómo pueden obtenerlo.” De este concepto surge el planteamiento de que las comunidades deben ser actoras protagónicas de su propio desarrollo, de que la comunicación no debe ser necesariamente sinónimo de persuasión sino primordialmente mecanismo de diálogo horizontal e intercambio participativo y que, en vez de centrarse en forjar conductas individuales debe hacerlo en los comportamientos sociales con los valores y las normas de las comunidades.